En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la Sede Biobío del Instituto Nacional de Derechos Humanos, INDH, realizó su tradicional reconocimiento a Mujeres que inciden y promueven los Derechos Humanos, en esta ocasión centrado en aquellas que colaboran en la disminución de la brecha de género en educación.
En una ceremonia realizada la tarde del jueves 7 de marzo en la Biblioteca Central, se reconoció a 7 mujeres destacadas por sus contribuciones en diversos ámbitos, 4 de las cuales son académicas de la Universidad de Concepción: Evelyn Habit Conejeros, de la facultad de Ciencias Ambientales; Ignacia Calisto Burgos, de la facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas: Ximena Gauché Marchetti, de la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, y Estefanía Nova Lamperti, de la facultad de Farmacia.
La jefa de la sede regional del INDH, Carolina Chang Rojas, señaló que, desde 2023 reconocen el aporte de las mujeres a distintos espacios de la sociedad: el año pasado se realizó en el ámbito de la defensa de los derechos humanos y este año se centró en las mujeres que acortan la brecha en educación.
“Específicamente según el Artículo 10 de la Cedaw (Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer), a las mujeres que, por su ciencia o arte, han destacado en la región del Biobío, en distintas materias. Cada una de ellas también acorta la brecha porque, en gran parte de su vida académica, se han dedicado a incorporar a las mujeres en estos conocimientos, y eso es ha sido lo más importante, para nosotros, al momento de escogerlas”, señaló.
Las homenajeadas agradecieron los reconocimientos que, en su mayoría, consideraron inesperados.
Así lo señaló Estefanía Nova quien calificó de sorpresivo el homenaje: “Una está acostumbrada más a reconocimientos de tipo más científico, por presentaciones en el ámbito en que nos desarrollamos, pero esto me parece bien bonito. Además, en mi caso, está asociado al proyecto COVID en el que nos dedicamos, básicamente, a seguir apersonas que tuvieron el virus y reportar sus secuelas, trabajando directamente con los pacientes en zonas rurales y urbanas, en un proyecto multi disciplinario. Fue muy enriquecedor porque pudimos informar a la población que en ese momento se encontraba muy asustada, sobre las posibles secuelas. En esto tuvimos mucha difusión a la comunidad sobre los potenciales tratamientos que podrían tener o los cambios en los hábitos de salud para disminuir las secuelas”, dijo.
Evelyn Habit también se manifestó contenta y sorprendida de recibir el reconocimiento, relacionado con su trabajo con el llamado socioecosistema: “desde allí hemos estado trabajando también con comunidades ribereñas. A partir de ahí viene este reconocimiento que lo tomo con muchísimo humildad y honor también”.
Feliz y orgullosa dijo sentirse Ignacia Calisto. Para ella, quien asistió acompañada de sus tres hijas, las académicas y los académicos universitarios “tenemos el deber de impulsar e incentivar la equidad. Trabajamos con un grupo de personas que están absorbiendo todo, por lo que creo que hay que aprovechar eso y mostrar que todos tenemos los mismos derechos y también los mismos deberes. Por eso me siento súper orgullosa, es algo bonito y no me lo esperaba. Sigo sintiendo que todavía tenemos mucho que hacer para tener un país mucho más respetado y justo”.
Honrada y agradecida de que el Instituto Nacional de Derechos Humanos reconociera la labor de mujeres que se dedican a la educación, en un amplio sentido, se manifestó Ximena Gauché. “Tomo esto con mucha responsabilidad, porque este tipo de reconocimiento es un fomento para seguir en la idea de transmitir el conocimiento y crear nuevas generaciones de mujeres que se dediquen también a formar e investigar, aportando frente a los problemas de la sociedad. Una de las satisfacciones más grandes que me ha entregado estar en el mundo de la educación, trabajando temas de justicia, género y derechos humanos, es constatar que se puede incidir para que se produzca una pequeña transformación en la vida de alguien avanzando hacia una sociedad más justa. Lo que entregamos en una sala puede significar un cambio potente no solo para quien lo recibe como estudiante, sino también para quienes se benefician de maneras indirectas”.